[DW] Marco Enríquez-Ominami: “El Grupo de Puebla atiende algo de lo que yo mismo he sido víctima, el Lawfare”

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El excandidato presidencial y exdiputado chileno Marco Enríquez-Ominami habló con DW sobre el Grupo de Puebla, que fundó junto con destacados políticos de izquierda. Pero no fue muy claro respecto a Venezuela.

Uno de los principales fundadores del Partido Progresista de Chile (PRO) en 2010, el cineasta y político de nacionalidad franco-chilena Marco Enríquez Ominami Gumucio, tiene una larga carrera política.  Militó en el Partido Socialista de Chile, del que fue diputado. Fue candidato a la presidencia en 2009, 2013 y 2017. En conversación con DW, defendió las aportaciones que ha hecho hasta el momento el Grupo de Puebla, del que coordinador y cofundador, junto con destacadas figuras de la izquierda de América Latina, el Caribe y España.

DW ¿Está listo Chile para un gobierno de izquierda como el que proponen ustedes?

Marco Enríquez-Ominami: El pueblo de Chile salió de una especie de hibernación. Y ahora avanza seriamente hacia un nuevo Chile, con otras reglas, y eso no había ocurrido nunca en 210 años. Desde que Chile es república independiente, nunca. Ni en forma, ni fondo. Ni a través de una Asamblea Constituyente, ni con estas ideas que están hoy en día haciendo mayoría en Chile. Que es el fin del sistema tradicional tal y como lo conocemos, que es una nueva Constitución con derecho al agua, como no la conocemos hoy en día. Después de una revuelta social, no una revolución, una revuelta. Enfrentamos ahora un proceso acelerado, de cambios estructurales.

Usted es fundador y coordinador del Grupo de Puebla. ¿Por qué un nuevo grupo? 

Porque los intentos de los fallidos gobiernos conservadores en materia de integración son también fracasados. Prosur, el Grupo de Lima, son encuentros entre Gobiernos con resultados iguales o parecidos a cero, en materia de paz, de democracia, de gasto militar, de coordinación de frontera, todo es igual a cero. Prosur no logró nada de lo que dijeron. Y si vemos las propuestas del Grupo de Lima, invadir Venezuela, más bien les fue mal. Entonces me da la impresión de que lo que se requiere es un tipo de articulación política distinta. El Grupo de Puebla no está integrado por gobiernos, tampoco de partidos o de instituciones. Es un grupo de líderes, hombres y mujeres, deliberantes, progresistas, con cicatrices, que articulan precisamente en América Latina, el Caribe y España. Han hecho un aporte importante en materia de debates, de propuestas sobre la vacuna, sobre el sistema financiero, sobre la deuda, sobre la renta básica. Más de 60 propuestas que hemos hecho desde que existimos.

Para su documental “Al fondo a la izquierda”, sobre el fracaso de la izquierda en América Latina, Enríquez-Ominami recorrió el subcontinente. Aquí, con el expresidente de Ecuador Rafael Correa.

¿Quedó desvirtuado el Foro de Sao Paulo? Muchas de las figuras que están con ustedes también están en el Foro de Sao Paulo.

Mi partido está en el Foro de Sao Paulo. Somos algo distinto al Foro de Sao Paulo, ése es un foro de partidos políticos, y tiene su propia dimensión. Nosotros somos otra cosa. No nos entendemos como contradictorios al Grupo de Sao Paulo. Tenemos momentos en los cuales hay cosas en común, pero tenemos una dinámica distinta, porque somos un grupo de hombres líderes, más que un grupo de instituciones.

Ni Cuba, ni Nicaragua ni Venezuela figuran en el Grupo de Puebla. ¿Por qué?

Efectivamente, es un asunto que se va a resolver pronto, espero, entre nosotros, sobre cuál va a ser la ampliación del grupo. Pero no solamente no están ellos, hay otros países que tampoco están, Costa Rica, y otros países. Hay 15 países de 24 (que conforman la región). No está Haití. Hay mucha gente de muchos países que no están representados, porque, de nuevo, no es un grupo que tenga deberes institucionales. Es un grupo de líderes de reunión que conjuga dos verbos: actuar y reflexionar, con convicciones y valores progresistas

Sin embargo, por ejemplo Venezuela, que cuenta con un gobierno que se dice socialista, no tiene ningún representante en el Grupo de Puebla, pero tampoco representantes de la oposición.

No están ni todos los gobiernos, ni todos los partidos, ni todos los países. Aún así, nosotros hemos entendido nuestro papel, como estar en el debate más cerca que lejos de Venezuela. Por eso hemos hecho misiones electorales, hemos colaborado creando puentes, y no participando de la diplomacia de las potencias que han decidido aislar a ese país, y que creen que así avanzan algo. Creo que ha sido poquísimo el resultado de lo que ellos mismos se proponen. Soy mitad francés por el exilio, y soy un gran admirador de Francia, pero tengo una gran crítica a la diplomacia francesa sobre Venezuela. La encuentro completamente inconsistente, sin ninguna racionalidad. Y, por tanto, el Grupo de Puebla está a las antípodas, en ruptura con la estrategia diplomática europea respecto a Venezuela.

Sin embargo, el Grupo de Puebla no hace una diferenciación sobre la deriva autoritaria de Maduro. El anteponer una Asamblea Constituyente a una Asamblea ganada por la oposición en 2015 no es democracia.

Yo le voy a contestar a título personal. Estoy casado con una periodista, soy hijo de una periodista, con un pequeño riesgo como coordinador del Grupo de Puebla. Esta es mi opinión, porque la del Grupo de Puebla son publicadas y publicitadas.

Los candidatos presidenciales en las elecciones de 2009, entre ellos, el expresidente Eduardo Frei, el candidato independiente Marco Enríquez-Ominami, Jorge Arrate y el líder de la derecha Sebastián Piñera.

Me refiero a la Declaración de 33 puntos que hizo el Grupo de Puebla hace dos semanas, en el que llama a defender a Cuba, Nicaragua y Venezuela de agresiones o injerencias de otros Estados. Está bien que no haya una intervención, pero ¿por qué no mencionar los procesos autoritarios de Maduro?

Yo le respondo por mí. El comunicado del Grupo de Puebla se entiende por sí solo. Estoy convencido que Venezuela es una democracia en problemas. Mi modelo de democracia, una legislativa y liberal, está cerca de Venezuela, y no lejos de Venezuela. Tengo observaciones al modelo democrático chino, al modelo democrático estadounidense, al modelo democrático chileno. Me preocupan las violaciones a los derechos humanos en Chile y en Venezuela. En ambos países me parece que es de la máxima urgencia.

Hay también declaraciones del Grupo de Puebla en torno a la corrupción política. ¿Por qué no hay una condena explícita ante casos de corrupción, como el que involucra a la expresidenta y ahora vicepresidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner?

El Grupo de Puebla atiende a algo de lo que yo mismo he sido víctima, que es lo que se llama Lawfare (persecución judicial), la guerra jurídica. A nosotros nos parece que eso se ha producido en Argentina, en Brasil, en Chile, en Ecuador, en Bolivia. Se han reunido fiscales corruptos con medios de comunicación corruptos, y con jueces corruptos, para desestabilizar las democracias y para proscribir a políticos. Se ha perdido toda racionalidad jurídica, en algunos casos, para detener procesos políticos. El reciente fallo de Lula confirma lo que venimos denunciando hace mucho tiempo. Que existe lo que se llama Lawfare. Es la intervención de la Justicia en los procesos políticos, con agendas políticas, y no agendas judiciales.

Yo me refería al caso de Cristina Fernández de Kirchner. Sabemos que el caso de Lula es diferente.

Eso es una afirmación suya. Yo le respondo que creo que en el caso de Cristina Fernández hay también enormes evidencias de Lawfare.

Da la impresión que el Grupo de Puebla antepone la ideología a los principios. ¿Es más importante impedir que llegue la derecha por el peligro que eso supone?

Eso es lo que hace la derecha en América Latina, estoy completamente de acuerdo con usted. En el caso del Grupo de Lima, y Prosur, es una visión de política exterior exactamente eso, ideológica, nosotros somos todo lo contrario. La política exterior tiene que hacerse con más política y menos ideología. Hay demasiada ideología. Algunos fiscales, jueces y medios de comunicación ni buscan la verdad como periodistas, ni buscan la justicia como fiscales, ni buscan arbitrar como jueces.

Yo a lo que me refería es que pareciera que el Grupo de Puebla está incurriendo exactamente en esa estrategia que ustedes critican de la derecha, en el sentido de que, al no posicionarse de manera clara y objetiva ante ciertos procesos, no atraen a otras personas o votantes, que podrían ser simpatizantes con su causa.

Esa es una afirmación suya, yo espero preguntas. Eso es algo que no comparto.

¿Esperan ustedes que vuelva una Marea Rosada con las elecciones presidenciales en Brasil y Colombia en el 2022?

Esperamos un cambio, no solo de color rosado o rojo; creo que los gobiernos de derecha son los que han violado los derechos humanos, han tenido casos de corrupción inaceptables y, peor aún, han utilizado a fiscales y a jueces para intervenir la democracia. Por tanto, queremos un cambio y participamos como Grupo de Puebla respetando el principio de no intervención y de autodeterminación de los pueblos. Somos extremadamente cuidadosos con nuestros comunicados de prensa, declaraciones y encuentros. Cada pueblo decidirá su futuro. Nosotros, evidentemente, compartimos ciertos valores que son antípodas de los gobiernos que participan en una política exterior ideológica, y no política.

Fuente: DW

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