[RT] Grupo de Puebla en Argentina: la apuesta por fortalecer al progresismo

El Grupo de Puebla, integrado por más de 30 políticos progresistas de 12 países, sesionará a partir de este sábado en Buenos Aires con la intención de fortalecer su presencia e influencia en medio de los giros políticos y las crisis que enfrentan varios países de la región, sin distinción de ideología. Y con la celebrada noticia de la liberación del expresidente brasileño Luis Inácio Lula da Silva, líder natural de este bloque.

La estrella del evento será el presidente electo argentino, Alberto Fernández, quien volvió después de visitar al izquierdista presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Aunque la reunión despertó expectativas de que una inédita alianza progresista podría gestarse de norte a sur del Continente, ambos fueron cautos en sus pronunciamientos.

El problema para López Obrador es que la gira de Fernández fue opacada de inmediato por la violenta realidad mexicana. Todavía no superaba la crisis por la liberación del hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, cuando tuvo que enfrentar el asesinato de tres mujeres y seis niños miembros de la comunidad mormona estadounidense que vive en México. A ello se le sumaron reclamos de organizaciones nacionales e internacionales por la permanente estigmatización que hace de la prensa en un país en el que hay récord de comunicadores asesinados y que es el más peligroso para ejercer el periodismo.

Las críticas de Fernández al neoliberalismo y al FMI han sido reiteradas pero, en el caso de Estados Unidos, el país que siempre quiere aplicar políticas intervencionistas en América Latina, no apuesta a la confrontación permanente sino a una relación política y madura.

La gira de Fernández sí valió para que confirmara políticas progresistas. Sin ambivalencias de ningún tipo, y de manera inusual en un líder latinoamericano, aprovechó una charla en la Universidad Nacional Autónoma de México para confirmar que está a favor de la legalización del aborto. Antes de partir a México, ya había recibido a Braian Gallo, un joven militante peronista que ejerció como funcionario de mesa durante la elección del 27 de octubre y que fue víctima de una campaña en redes sociales por usar camiseta holgada y gorra, vestimenta con las cuales se suele estigmatizar a los jóvenes humildes al vincularlos de inmediato con la delincuencia. Ese discurso discriminador fue reforzado por el gobierno durante la presidencia de Mauricio Macri, pero Fernández se colocó en las antípodas al ponerse él mismo la gorra de Braian y publicar la foto de ambos, abrazados.

El sábado, día de la marcha del Orgullo en Argentina, que fue más masiva y alegre que nunca, el presidente electo celebró la diversidad sexual. Los derechos humanos son una prioridad para el futuro gobierno. Sus críticas al neoliberalismo y al Fondo Monetario Internacional han sido reiteradas pero, en el caso de Estados Unidos, el país que siempre quiere aplicar políticas intervencionistas en América Latina, no apuesta a la confrontación permanente sino a una relación política y madura. Así lo dejó en claro después de que Donald Trump lo llamara para felicitarlo por haber ganado la presidencia que asumirá el próximo 10 de diciembre.

Mientras llega ese día, Fernández inaugurará este sábado la segunda reunión del Grupo de Puebla que se fundó en esa ciudad mexicana en julio pasado, cuando todavía no estaba garantizado que el peronismo derrotaría al macrismo en Argentina. Con la victoria en la mano, la segunda reunión de este nuevo bloque político en Buenos Aires adquiere otro sentido porque, a partir de diciembre, aquí el progresismo ya no será oposición, sino gobierno.

El dato es crucial porque el resto de los miembros del Grupo de Puebla que viajan a la capital argentina ya no está en el poder. Es el caso de los expresidentes Leonel Fernández (República Dominicana), Rafael Correa (Ecuador), Fernando Lugo (Paraguay), Pepe Mujica (Uruguay), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Dilma Rousseff (Brasil) y Ernesto Samper (Colombia). Lula adhiere, pero a pesar de que quedó libre no se prevé que pueda viajar de inmediato a Buenos Aires. Sí se le espera para la toma de posesión de Fernández el 10 de diciembre. Todo dependerá de su situación judicial. Nicolás Maduro no está invitado a la reunión progresista. Si bien el Grupo de Puebla se diferencia de la obsesión condenatoria del Grupo de Lima en contra del gobierno venezolano, tampoco respalda a un presidente autoritario que acumula denuncias por violaciones a los derechos humanos.

Los que sí vienen son los excandidatos presidenciales de México, Cuauhtémoc Cárdenas; Chile, Marco Enríquez-Ominami; Brasil, Fernando Haddad; y Colombia, Clara López Obregón. A ellos se sumarán el vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera; la líder de Morena (el partido de López Obrador), Yeidckol Polevnsky; el excanciller brasileño Celso Amorim; el exsecretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y decenas de políticos del resto de la región, junto con los posibles miembros del gabinete del presidente electo de Argentina.

Uno de los personajes que más concita la atención de este encuentro es Daniel Martínez, el candidato del Frente Amplio a la presidencia de Uruguay que el pasado 27 de octubre no alcanzó los votos necesarios para ganar en primera vuelta. El escenario del ballotage es muy complicado, ya que la derecha se alió y podría volver a gobernar el país después de 15 años de gobiernos de izquierda.

En Bolivia, Evo Morales, el otro emblema de la izquierda que queda en pie en la región, también enfrenta momentos complicados. El 20 de octubre ganó su cuarta reelección, en primera vuelta, pero con un resultado muy apretado. Necesitaba tener más del 50% de los votos o el 45%, pero con una diferencia de 10 puntos con respecto al segundo lugar. Terminó con el 47,08% de los votos y una diferencia de 10,5%. Apenas lo justo. La oposición denunció fraude, sin presentar pruebas, y la tensión social y la violencia recrudecieron. Su principal rival, Carlos Mesa, no quiso avalar la auditoria de votos que realizará la OEA y que Morales sí aceptó. El halo a golpe de Estado denunciado por el presidente se mantiene latente con el ultimátum que el líder del Comité Cívico Pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, le dio al presidente para que renunciara. Se prevé que el Grupo de Puebla respaldará a Morales, pero la crisis no tiene fin.

“Con Macri derrotado y a punto de dejar la presidencia y Piñera con un futuro político más que incierto, a la derecha solo le queda, por ahora, Jair Bolsonaro como máximo líder en la región. A pesar de que Argentina es su principal socio en Sudamérica, ya avisó que ni siquiera vendrá a la asunción de Fernández y sigue lamentando su triunfo e insultando a los argentinos.

Lo mismo ocurre en Chile, pero por otros motivos, y a un gobierno colocado en el otro extremo ideológico al boliviano. El derrumbe de “exitoso modelo chileno” se refleja en las tres semanas consecutivas de protestas multitudinarias que exigen la renuncia del presidente Sebastián Piñera, quien, con más de 20 muertos a cuestas, respondió con más represión en medio de denuncias de violaciones masivas a los derechos humanos.

Con Macri derrotado y a punto de dejar la presidencia y Piñera con un futuro político más que incierto, a la derecha solo le queda, por ahora, Jair Bolsonaro como máximo líder en la región. Con sus frecuentes exabruptos, desatinos e infantilismos, el presidente de Brasil parece más bien un Trump sudamericano. A pesar de que Argentina es su principal socio en Sudamérica, ya avisó que ni siquiera vendrá a la asunción de Fernández y sigue lamentando su triunfo e insultando a los argentinos.

En medio de este escenario, los líderes progresistas debatirán durante el fin de semana, a puerta cerrada y en siete sesiones que culminarán el domingo con una declaración y conferencia de prensa en la que anunciarán las estrategias a seguir en esta América Latina convulsionada.

Fuente:  https://actualidad.rt.com/opinion/cecilia-gonzalez/333052-grupo-puebla-argentina-apuesta-fortalecer-progresismo

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