[Nodal] Piedras contra fusiles – Carta abierta al Presidente de Colombia, Iván Duque Márquez – Por Baltasar Garzón

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Por Baltasar Garzón, especial para NODAL *

Y mientras afinábamos los últimos detalles para interponer la denuncia ante la Corte Penal Internacional en contra del presidente de Chile, Sebastián Piñera, por su presunta responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos que se han cometido por las fuerzas del orden bajo su mando, recrudecen las protestas en Colombia y una salvaje represión policial se hace sentir dejando ya un saldo de una treintena de personas muertas, casi 800 heridos y denuncias de tortura y desaparecidos.

Señor Duque, no cometa el mismo error de Piñera de declararle la guerra a su pueblo. No cometa el mismo disparate de respaldar a los mandos policiales que violan derechos humanos, no cometa la torpeza de no adoptar las medidas urgentes y necesarias para frenar sin dilación la brutalidad policial.

Revalorice la vida, son sus compatriotas, es la juventud de Colombia la que sin justificación alguna está siendo asesinada y maltratada. Nada, créame, nada, ni los saqueos, ni las piedras ni las barricadas justifica utilizar armas letales y disparar a matar. Señor Duque, la comunidad internacional lo está mirando, las imágenes están dando la vuelta al mundo y usted como presidente de su país tiene el mando y la responsabilidad de detener las agresiones hacia los manifestantes.

Ha ofrecido diálogo, me parece bien, pero le pregunto por qué demora y deja para el final el diálogo con los que se manifiestan legítimamente, con los que piden a gritos ser escuchados porque lo están pasando mal, porque tienen hambre, porque han perdido la esperanza.

Usted como presidente en ejercicio sabrá como nadie lo mucho que ha costado construir la paz en Colombia. El mantenimiento de la paz en estos momentos depende en buena medida de las decisiones que usted adopte hoy. No le dé pretextos a quienes quieren el regreso de la violencia, así sea que vivan en el monte o que vistan de traje e instiguen desde la comodidad de su escaño el odio fratricida. No caiga en la trampa de ceder a esas provocaciones, porque el responsable será usted, no el señor Uribe. Tampoco caiga en la cobarde estrategia de violencia y odio que promueven los criminales de lesa humanidad Iván Márquez, Santrich y sus secuaces que alimentados por el dinero envenenado del narcotráfico quieren hoy hacernos regresar a tiempos pasados.

Tiene ante sí la posibilidad de demostrar que gobierna para todos, que puede escuchar a todos, que puede ordenar el país sin ceder a las presiones de un lado y del otro, y sobre todo de detener este estallido de violencia y represión, que siempre se sabe dónde comienza, pero no donde termina.

Imagino que usted sabrá que opinar diferente, disentir, manifestarse y protestar son derechos humanos, y creo que no sólo eso, en este contexto de pandemia y de precariedad económica el ejercicio de estos derechos es además legítimo y comprensible. La represión no resolverá el problema, antes bien lo agravará. Atienda los reclamos de su pueblo que son fruto de la necesidad y la desesperación.

A los que se manifiestan y sobre todo a la juventud de Colombia les digo, tenéis el derecho a disentir, a protestar, a pedir una respuesta y buscar un cambio, pero no os dejéis provocar por la violencia. Mientras más masiva y pacífica sea vuestra protesta más legitimidad tendrá. No les deis motivos a los que desde hace tiempo ya han desahuciado la paz. A mis queridas amigas y amigos del Consejo Regional Indígena del Cauca – CRIC, les pido que compartan con el resto del país vuestra sabiduría ancestral, para orientar a un país que parece haber perdido el rumbo.

Colombia es un país extraordinario, con una geografía maravillosa, con una exuberante naturaleza donde brota vida por doquier, por lo que tenéis el deber de honrar la vida, incluso del que no piensa como tú, sobre todo del que no piensa como tú. Sabéis tan bien como yo que, como dijera Mahatma Gandhi, “No hay camino para la paz, la paz es el camino”.

Señor Duque, la comunidad internacional está atenta y vigilante. Hoy es usted el principal responsable del rumbo del país. Escuche a su pueblo y adopte las medidas que estén a su alcance para atender sus legítimas demandas, pero, sobre todo, no lo ataque ni permita que otros lo hagan. Usted sabe tan bien como yo que no hay absolución posible para quienes permiten el enfrentamiento de piedras contra fusiles.

Fuente: Nodal

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