Lawfare en Chile: Grupo de Puebla debatió sobre el caso de Marco Enríquez-Ominami

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En una nueva edición del programa on line Diálogos de Cambio con el Grupo de Puebla, que en esta oportunidad fue conducido por el presidente del Partido Progresista chileno, Camilo Lagos y tuvo como invitada a la jurista Carol Proner y al abogado Pedro Serrano, abordó el Lawfare en Chile, luego de que esta semana, Marco Enríquez-Ominami, fundador de la organización, fuera imposibilitado por la justicia chilena de su derecho a sufragio y su posibilidad de presentar una eventual candidatura.

La fundadora del Consejo Latinoamericano de Justicia y Democracia y doctora en derecho internacional, Carol Proner, comentó que “se utiliza el argumento de combate contra la corrupción de forma selectiva, primero creando el daño de imagen sin respetar la presunción de inocencia. Esto pasó con otros líderes políticos y está pasando en muchos países. El sistema penal se está utilizando para bloquear la democracia, en Ecuador, en Brasil, se ha intentando contra Cristina Kirchner, pero también se está haciendo con líderes populares y líderes de movimientos sociales en otros países de forma generalizada en América Latina. Eso es un fenómeno, pero no es algo espontáneo”.

En su intervención, Pedro Serrano, doctor en derecho del Estado y miembro de CLAJUD, explicó que “lo que acontece con Marco Enríquez-Ominami, es que los estándares probatorios son menos que lo exigido por la constitución, menos de lo exigido por la ley de Chile y mucho menos que el mínimo que la vida civilizada exige entre la relación entre Estado y personas. La interpretación de la ley penal no es para realizar lo que la ley y la constitución desea, el fiscal acude a eso para buscar argumentos para realizar lo que la intención política del fiscal desea”.

“En el Lawfare y el proceso judicial de sesión, el elemento comunicativo es central, el lenguaje es el elemento central. Quien elige el enemigo, le da un nombre, porque es un nombre que deshumaniza, le retira la condición humana, y eso es esencial para matarlo tanto materialmente como simbólicamente. Lula sufrió en Brasil porque pusieron el nombre corrupto en él. Como también los jóvenes negros, le pusieron el nombre de traficantes y los medios de comunicación cumplieron un papel genocida de poner el nombre para justificar las matanzas de estos jóvenes en Brasil”, continuó.

“Luchar contra el Lawfare y los procesos judiciales de excepción, es también luchar y defender la democracia. Eso va más allá de qué liderazgo político esté en ese caso. Aquí hay un objetivo que es suspender derechos específicos y líderes específicos. Este autoritarismo líquido que ya no es el autoritarismo dictatorial que exiliaba liderazgos políticos, sino que va acallando voces específicas, es un autoritarismo de nuevo tipo que no necesita un golpe de estado, sino que atormenta y deteriora los liderazgos”, concluyó el presidente del Partido Progresista chileno, Camilo Lagos.

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