
El pasado lunes 7 de julio de 2025 se realizó la sesión pública “La salud en crisis. Tensiones en un mundo multipolar”, organizada por el Grupo de Puebla y el Foro Latinoamericano por el Derecho Universal a la Salud (FoLaDUS). La actividad, de carácter virtual y abierta al público, se propuso como un espacio de debate y formación para pensar colectivamente los desafíos que enfrenta la salud pública en América Latina en el actual contexto geopolítico global.
El encuentro fue moderado por Cecilia Nicolini (exsecretaria de Cambio Climático de Argentina y actual diputada del Parlasur) y presentado por Marco Enríquez-Ominami, Coordinador General del Grupo de Puebla. Contó con la participación de referentes políticos y sanitarios de la región:
- Ernesto Samper (expresidente de Colombia y exsecretario general de UNASUR)
- Esperanza Martínez (senadora y exministra de Salud de Paraguay)
- Nicolás Kreplak (ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, Argentina)
- Nila Heredia (exministra de Salud de Bolivia, presidenta de ALAMES)
- Mario Rovere (director de la Escuela de Gobierno en Salud Floreal Ferrara)
Durante la sesión se abordaron temas centrales como la necesidad de sistemas de salud fuertes, públicos y universales, el impacto de las políticas neoliberales, la geopolítica del acceso a medicamentos y vacunas, y la urgencia de una integración sanitaria regional con autonomía frente a los organismos e intereses globales.
El presidente Ernesto Samper destacó el retroceso en esperanza de vida y financiamiento del sector salud tras la pandemia, y propuso relanzar iniciativas como una agencia regional de medicamentos, considerar a los productos sanitarios esenciales como bienes públicos universales, y retomar el proyecto del banco regional de precios de medicamentos. Citando a José Mujica, llamó a “meterle pueblo y carne a la integración”.
La senadora Esperanza Martínez analizó las consecuencias de décadas de reformas impuestas por el capital financiero que debilitaron los ministerios de salud. Propuso avanzar hacia una autonomía regional, economías de escala para la compra de medicamentos, y un sistema de regulación compartido entre países latinoamericanos. Alertó además sobre la ofensiva libertaria que promueve el individualismo y niega el carácter social, cultural y económico del derecho a la salud.
El ministro Nicolás Kreplak enfatizó la situación crítica en Argentina, donde las políticas actuales atacan la salud pública y buscan su privatización. Defendió los logros del manejo estatal de la pandemia y llamó a sostener alianzas con países como Brasil y México. Destacó la necesidad de construir una mirada regional que respalde las luchas locales en defensa de la salud como derecho.
Desde Bolivia, Nila Heredia reivindicó el concepto andino del Buen Vivir como base para una salud integral e intercultural. Planteó la necesidad de descolonizar los saberes y articular los conocimientos ancestrales con los avances científicos. Subrayó el rol de la participación popular y la solidaridad como pilares fundamentales durante la pandemia, en especial frente a gobiernos autoritarios que reprimieron la organización comunitaria.
Finalmente, Mario Rovere propuso que la salud sea un eje de articulación entre las agendas políticas del Grupo de Puebla y los movimientos de la medicina social. Cuestionó el rol dominante de Estados Unidos en las instituciones sanitarias globales y propuso la creación de una Oficina Regional de la OMS en América Latina, financiada por los propios gobiernos latinoamericanos. Alertó que el ataque a los sistemas públicos de salud es estratégico para los sectores de ultraderecha que buscan desmantelar al Estado.
El evento concluyó con una ronda de preguntas del público y un cierre político a cargo de Enríquez-Ominami, quien reafirmó la voluntad del Grupo de Puebla de construir alianzas regionales que coloquen la salud en el centro de una agenda de desarrollo humano, democrático y solidario.